El
ejercicio llegó a un punto decisivo y se hizo notar en el trabajo visto en el
taller: fue desigual. Esto dicho en el sentido positivo de que cada alumno
procesa con tiempos propios. El proceso se frena en determinados "momentos"
(las distintas etapas del ejercicio), dependiendo de la necesidad individual de
búsqueda-reflexión.
Eventualmente, se llega al punto de inflexión definido por el paso entre la instancia de experimentación -que incluye selección de datos principales y pruebas con técnicas para encontrar un lenguaje-, y la propositiva que supone el desarrollo de la técnica más funcional a la síntesis y el posterior ajuste de la pieza gráfica.
Eventualmente, se llega al punto de inflexión definido por el paso entre la instancia de experimentación -que incluye selección de datos principales y pruebas con técnicas para encontrar un lenguaje-, y la propositiva que supone el desarrollo de la técnica más funcional a la síntesis y el posterior ajuste de la pieza gráfica.
Aquí es cuando el alumno pone en crisis el proceso porque la información recabada es demasiada y surge incertidumbre al tener que decidir el mensaje que se dará (en términos visuales) sobre sí mismo. También cómo será el mensaje en términos expresivos.
Con esta dinámica se trabajó la primera mitad del taller y luego subimos a teórica. Pensamos la relación entre lo objetivo (la realidad)-lo percibido (lo sabido)-lo comunicado (el mensaje); empleamos un modelo heurístico para reflexionar sobre el propio proceso creativo; y accedimos a referentes-paramodelos que enriquecieron el acervo expresivo con miras a la realización de la pieza final.
Próxima clase: traer mínimo 2 propuestas diferenciadas de síntesis gráfica y materiales para trabajar en el taller.
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