La clase tuvo como eje la composición, tanto en blanco y negro
como en color. Como primera instancia, el taller se trasladó a las aulas de
arriba y escuchamos a la titular Prof. Silvia Pescio, que nos habló entre otras
cosas, sobre el campo de cuadro; estructuras portadora y modular; distinción
entre masa y peso; encuadre gráfico; color.
Luego, en taller se ajustó el encuadre elegido para color y comenzaron
las primeras propuestas cromáticas que se conversaron en una enchinchada
final.
El campo del cuadro es un espacio deliberado, elegido, un límite
impuesto cuando diseñamos y lo necesario es comunicar. Se diferencia del
campo visual -que es la fracción del espacio que el ojo es capaz de ver-, porque
tiene un demarcación exacta y per se, su propia estructura. Estas
fuerzas y puntos notables del campo del cuadro, establecen posibles sistemas de
ordenamiento para todos los elementos que intervengan en él. También zonas de
tensión y jerarquías. Todo esto tiene la finalidad de llegar a un máximo grado
de unidad sin perder la atracción sobre la composición. A la vez, toda
forma/elemento que participa de la composición tendrá su peso dentro de ella
tanto en relación al campo del cuadro como a las otras formas existentes. Vemos
la diferencia entre los conceptos “masa” y “peso”: el primero va hacia el
interior de una forma en tanto entidad plasmada, y el segundo refiere a lo
externo, a las relaciones que surgen de la interacción de esa forma con su
entorno más o menos inmediato.
Está claro entonces, que para lograr comunicar con una pieza gráfica
debemos conocer los mecanismos arriba mencionados en profundidad. Estas son las
herramientas básicas para diseñar en media pregnancia. Es necesario haberlos
experimentado profunda y seriamente para luego tenerlos incorporados a nuestra sensibilidad
operativa. Poder olvidarnos de “la regla” en el momento del abordaje creativo
tiene que ver primero con conocer en profundidad el "abc" de la
práctica.
Con respecto al Color, es muy clara su función dentro del Diseño:
optimizar la comunicación. En el caso de nuestro ejercicio, lo comunicable es
la esencia del objeto de manera innovadora e inteligible. Por eso, es
importante tener en claro que el color puede combinarse de infinitas maneras
pero en el acercamiento a una idea, tendrá que ser subsidiario a la misma, es
decir, reforzarla, expresarla, a través de una selección cromática. En este
punto, es importante diferenciar en la composición cuándo el color acompaña las
formas y sus significados (“color cosa”); cuándo refuerza o modifica las
relaciones compositivas (“color estructura”); o cuándo predomina sobre los
elementos que afecta y se convierte en protagonista (“color presencia”). Todas
son plausibles de uso en esta ejercitación, en tanto mantengan la premisa de
comunicar al objeto.
Otro dato ineludible es la regulación del color: en la distribución
dentro del campo del cuadro, se reconoce al color por áreas de mayor o menor
superficie. Será importante que las superficies cromáticas planteadas no
alteren la composición proyectada. Existen tres criterios básicos para ajustar
el color por área y deberán ser regulados en su justa medida con el famoso
método de “prueba y error”,
-dominancia, un tinte controla la composición de manera nociva.
-fragmentación, la repartición del color está dada en pequeñas e
indescifrables porciones.
-competitividad, se genera tensión entre dos zonas dominantes que
se disputan la hegemonía visual y anulan la composición.
Próxima clase: PREENTREGA
Traer: todas las láminas pedidas hasta ahora con sus correcciones
correspondientes; el encuadre elegido a color x 4: 2 (dos) con técnica húmeda –
2 (dos) digitales con indicadores de profundidad; materiales para
seguir trabajando en el taller.