La entrega de mitad de año (10-07) dio paso a las vacaciones
y a una reflexión sobre este primer periodo por parte de la cátedra. Por una
parte, la nivelación arrojó resultados variados y con algunas diferencias entre
los grupos de la mañana y de la noche. A la vuelta, cada docente hará la
devolución de notas y especificará cuáles fueron las variables que deberán
ajustarse o seguir en proceso para cada grupo/alumno. Por ejemplo, el ejercicio
de Transformaciones mostró en general, una imposibilidad para cerrar la
secuencia, tal vez debido a la complejidad inherente a este tipo de
ejercitación y la tardanza de los alumnos en avocarse a resolverlo…
De todos modos, la reflexión la llevaremos hacia un tema
mucho más general pero no por eso desligado de nuestras cuestiones ya que está
relacionado de una u otra manera con el desenvolvimiento de una cátedra: la
deserción. Les pedimos que reflexionen con nosotros.
Para el alumno, la definición puede provenir de los grupos
adultos que lo rodean en el ámbito educativo. También podría ver la deserción
como una problemática lejana, que le pasa a algunos compañeros o como una
posibilidad entre otras cuando ingresa al nivel superior (la universidad). El
término tiene varias acepciones en el diccionario, pero tomaremos la más
coherente al ámbito educativo:
Deserción: abandono de una causa, grupo o ideal; renuncia;
huida, abandono, alejamiento. “(…) se utiliza el término para hablar de
aquellos alumnos que abandonan sus estudios por diferentes causas.”
Todas estas expresiones hacen alusión a aspectos negativos
(incluso la palabra “desertor” tiene una connotación muy dura: traidor,
desleal, cobarde, tránsfuga) porque dejar algo sin terminar, abandonar una
tarea o un espacio/grupo de trabajo, es algo que no hace bien a los que
acompañan, los deja contrariados. Pero principalmente es frustrante para el que
decide irse, no hacer más el intento, decidir que eso “no es lo suyo”.
Todos vamos atrás de cosas que pensamos nos van a hacer
bien, y para alcanzarlas tenemos que recorrer un camino. Por ejemplo, si tengo
ganas de ver a un amigo, debo llamarlo para ver si está; combinar
un horario con él; calcular para no llegar tarde y hacerlo esperar; tomar al
menos un colectivo y caminar un poco. Cuando lo encuentro, todos los pasos
anteriores se olvidan y lo único que pienso es charlar y divertirnos juntos. O
escucharlo si tiene algún problema y compartir su angustia para ayudarlo. Al
final, puedo sentir la satisfacción de haber hecho algo bueno para mí y para
alguien que quiero; también puedo mirar para atrás y entender que todas las
movidas previas tenían un sentido, no eran injustificadas.
Completar estudios universitarios implica realizar
esfuerzos, es simplemente eso. Hay que estar preparados para los vaivenes de
todo tipo (fechas superpuestas; materias difíciles; paros de transporte;
olvidos involuntarios; dispositivos que no imprimen, etc, etc…) pero lo más
frecuente es el vaivén emocional, cuando pensamos que esto no es para mí, que
“no sirvo”, que los otros saben qué hacer y yo no, que seguro era la otra
carrera que descarté “la que sí”, que si me fue mal en dos entregas ya “no soy
para esto”(…complételo usted mismo). Y así de fácil echamos por la borda todo
el esfuerzo, la dedicación y la pasión que pusimos hasta acá. Y nos vamos a
empezar de nuevo, pero ¿Qué cosa? ¿Para qué? ¿Para quién? ¿Vale la pena
implicarse en algo hasta llegar a algún lugar o seguir buscando hasta que se
nos vayan las ganas?
Con la carrera estamos eligiendo qué queremos ser el resto
de nuestras vidas y es poco probable que desertar sea la mejor opción. Siempre
la búsqueda está dentro de uno y las circunstancias externas son sólo eso:
elementos con los que contamos para hacer nuestro proyecto, componer la propia
historia. La UBA les ofrece lo que muy pocos hacen (universidades y personas):
ingreso irrestricto, gratuidad y alto nivel académico. El resto (las Ganas y el
Esfuerzo) depende de ustedes. Pero hay una buena noticia: cuando lleguen al
final, el resultado de todo lo que hagan, se esfuercen y trabajen en la “facu”
se lo llevan ustedes. Como siempre, el resto va y viene…
Para la vuelta (07/08/12)
Materiales próximo ejercicio (Síntesis gráfica):
fibrón negro grueso; papel de dibujo y obra común; arcilla
sin horno; herramientas para modelar la arcilla; base de fibrofácil; alambre y
papel de diario para estructura; espejo tamaño cara (A4 aprox.); cámara fotos; trapos,
cacharros para agua y bolsas residuos.
El tamaño aproximado de la base de fibrofácil es de 12 x 12 cm. También puede servir chapadur o madera. Es para sostener la estructura de alambre.
ResponderEliminarMe gustaría saber, a modo orientativo, cuanta arcilla hay que llevar.
ResponderEliminarHola Laura, creo que con 600g. se puede hacer el trabajo. También se puede comprar un pan de arcilla grande entre 2 o 3 personas. Para una persona 2 o 3 paquetitos tipo "crealina".
ResponderEliminarEl volumen de la escultura es aproximado a un paquete de yerba de 1/4kg.